Una Facultad laica, no confesional, democrática, multiétnica, protagonica en los debates sociales a partir del conocimiento que genera

HISTORIA


Reforma Universitaria - Facultad Nacional de Salud Publica - 1980 - 1986

Decreto 080/80. - Acuerdo Superior No 3, Agosto 1980, Establecimiento de la Facultad, Escuelas, Nutrición y Dietética. - Convenio de Cooperación Ministerio, Universidad, FNSP. - Estatuto General de la Universidad de Antioquia. - Introducción Programas de Tecnologías. - Magíster, Investigación, Tesis de grado. - Educación Permanente. - Cooperación con Holanda en Urabá, Programa de Atención Primaria. - Centro de Investigaciones. - Convenio con ICSS, Programas Salud Ocupacional. - Convenio Hospital Distrital Norte, Bogotá. - Asesoría Recuperación del río Medellín. - Sistema Universitario de Investigación. - Decretos reglamentarios ULAS, análisis, tecnologías, Magíster, ajustes e investigación, especializaciones. - Plan de Capacitación docente. - Convenio Docente asistencial Medellín, FNSP, Promoción Unidades Intermedias Hospitalarias. - Segundo Foro Candidatos a la Presidencia. - Acuerdo superior No 5, agosto 1982, Reorganización de la Facultad. - Acuerdo superior No7, agosto 1982. Escuela Nutrición y Dietética, autonomía y estructura. - Programa especial decanatura FNSP. - Implicaciones SPT - 2000 en los programas académicos. - Planificación Estratégica, enfoque Medellín, Convenio Facultad OPS. - MEPA. -  Convenios, Plan Metropolitano de Servicios de Salud, Metrosalud, Integración Docente asistencial. - Foro Salud Siglo XXI. - Crisis interna, Comisión mediadora del conflicto en la Facultad.


REFORMA UNIVERSITARIA – DECRETO 080/80


En febrero se promovió una reunión de rectores de las universidades oficiales, con el propósito de organizar la aplicación de la reforma universitaria, que entró en vigencia a partir de enero de 1980.  El rector planteó ante el Consejo Directivo la conveniencia de fijar el plazo de un mes para tener en funcionamiento los organismos previstos, como el Consejo Superior y los consejos de cada facultad.

Los profesores formularon interrogantes respecto al contrato entre el Ministerio y la Universidad, para el funcionamiento de la Escuela. ¿Se eliminaban las especificidades que para su manejo tenía la escuela? ¿Cómo se regularían las relaciones administrativas, técnicas y económicas entre la Escuela y el Ministerio? ¿A quién correspondería el nombramiento de director, y cual sería el procedimiento para su elección? ¿Qué funciones corresponderían al Consejo Técnico y cuál sería su composición?.  Estos cuestionamientos originaron sesiones de análisis en los docentes y estudiantes.

Aunque la Escuela y otras facultades de la salud estaban funcionando con cierta regularidad, la Universidad permanecía seriamente afectada por la problemática, aún no superada.  Las relaciones de la Escuela con el Ministerio se deterioraron, suspendiendo algunos programas, previamente aprobados por esa institución.  Desde principios del año la escuela fue excluida de la Fundación para el Desarrollo de la Salud Pública debido al cambio de sus estatutos. Posteriormente, la entrante dirección mostró interés por reingresar a ella, lo que finalmente no se concretó.

El cambio efectuado en la dirección, permitió al director saliente dirigir su carta de renuncia al gobernador del Departamento en su carácter de presidente del Consejo Superior, en donde le expuso algunas apreciaciones sobre lo que estaba aconteciendo, algunas consideraciones evaluativas sobre su gestión y algunas tendencias para el futuro, cuando se refirió a la adopción de la reforma de la educación post - secundaria en la Universidad de Antioquia, creando condiciones favorables a estilos administrativos que el no compartía, tales como centralización de las decisiones  en la rectoría, con pérdida de ingerencia de los decanos en la administración general y posibilidades de represión académico - política. Enunció  hechos y resultados y algunas perspectivas para la Escuela entre los cuales mencionó las relaciones entre los estamentos ampliamente democráticas, donde prevaleció el diálogo, adecuadas formas de participación y expresión del pensamiento, respeto por la opinión ajena, aspectos que propuso subsistieran como orientadores de los destinos de la Escuela.

Respecto a los programas académicos, destacó el impulso dado a su revisión, evaluación y ajuste, con grandes cambios en los contenidos, en la diversificación de las áreas la ampliación de las disciplinas; ejecución de eventos de  importancia, como el Ciclo de conferencias de los candidatos a la presidencia de la República y el Seminario Nacional sobre Problemas de salud en las grandes ciudades. Entre las reflexiones, con miras al futuro, propuso que la Escuela debería estimular una amplia línea de colaboración con el Ministerio y demás instituciones de salud, actitud imprescindible para su desenvolvimiento. Expresó que se debería elaborar un compendio de Principios de la Salud Pública o una doctrina sanitaria orientadora de su progreso en docencia, investigación, asesoría y relaciones interinstitucionales.

La reciente dirección empezó su gestión teniendo en cuenta algunas observaciones que manifestaba el profesorado y enunciadas por la dirección saliente, en cuanto a la urgencia de vigorizar e institucionalizar las conexiones con el Ministerio, OPS, UNICEF y otros organismos similares. La formulación de un Plan de Desarrollo Integral. Era imprescindible una mayor descentralización, para que existiera autonomía y agilidad  en los departamentos y las secciones, teniendo como base los docentes. Lo anterior se planteó como una exigencia para impulsar la Escuela hacia el futuro.

El surgimiento del decreto 080 de 1980 del Ministerio de Educación, que organizó el Sistema de educación post - secundaria, y el decreto reglamentario  sobre la organización interna, planteó que la estructura académica de las entidades universitarias de carácter oficial, deberían constituirse con base en facultades, departamentos, institutos y centros, entendiendo por facultad la dependencia responsable de la administración académica de uno o varios programas de formación universitaria o avanzada, pertenecientes a una misma área.  Las facultades se subdividirían en departamentos y dentro de ellas podría crearse  escuelas, institutos y centros.

Con base en la anterior definición, la administración de la Escuela presentó ante las autoridades centrales las recomendaciones sobre una reestructuración de la dependencia, contenidas en el informe inicial sobre el desarrollo de la Escuela, elaborado por su oficina de planeación. Una vez presentado el documento ante el Consejo Superior, los docentes, miembros de la asociación de profesores, solicitaron ser escuchados por ese organismo para hablar sobre el proyecto. Se nombró una comisión, coordinada por el director, a quien le expusieron diversos interrogantes y asuntos que exigían clarificación, tales como la situación de la carrera de Nutrición y Dietética, la permanencia de los docentes no profesionales y técnicos, la necesidad de los programas académicos, la calidad de los docentes, la determinación de la estructura de cada una de las escuelas por crear. La incertidumbre generada, especialmente en los no profesionales, suscitó un amplio debate por las instancias directivas de la Escuela, sobre la conservación del personal ya vinculado, originando una solicitud para que la dirección propiciara una reunión explicativa sobre lo concerniente a esta posición. La respuesta fue que lo mejor sería realizarla cuando ya se hubiera tomado una decisión.

A pesar de los cuestionamientos a la reforma, puesto que se estimaba no se ajustaba a lo estatuido y no clarificaba cómo se lograría su implementación y funcionamiento integral, el Consejo Superior,  mediante acuerdo de agosto, de 1980, formalizó la reestructuración e inició su implantación por parte de los directivos, al establecer la Facultad Nacional de Salud Pública.

Para la reorganización  de la Universidad, se siguieron presentando proyectos de creación y estructuración de facultades como artes y educación, por lo que el consejo superior encargó a la oficina de Planeación iniciar un estudio sobre la estructura de las escuelas. Con esta decisión, las tres creadas en la Facultad, no se completaron y permanecieron los departamentos académicos. Sólo Nutrición y Dietética conservó ese carácter,  con asignación definitiva de su personal docente y dependiente de la Facultad.

Al consejo académico  se le presentó el proyecto de estructura de la Universidad, el cual contemplaba una institución más funcional, el Consejo superior aprobó la primera parte del estatuto general, que se refería a la estructura orgánica, y su composición académica en facultades, escuelas independientes, escuelas dependientes, departamentos y secciones.

En la Facultad, por resolución rectoral, se estableció un comité, con carácter asesor, dependiente de la decanatura, denominado Órgano de consulta,  cuya función básica sería emitir conceptos sobre asuntos de trascendencia en salud pública, seguridad y bienestar sociales. Estaría constituido por seis personalidades de diversas profesiones y nacionalidades, altamente calificadas por sus conocimientos y experiencias en salud pública.  Este organismo, aunque avanzó hasta la selección de quiénes lo conformarían, nunca tuvo funcionalidad.

El decano envió solicitud de traslado del personal a las escuelas. Por este motivo se promovió una reunión con el Vicerrector y el Vicedecano donde fueron expuestas las dificultades que se habían presentado para darle aprobación, ya que a nivel del Consejo Superior no se tenía suficiente claridad si se aceptaban las escuelas dependientes de facultad, o sí se debían constituir departamentos.  No obstante se aprobó su funcionamiento ya que así lo estipulaba el acuerdo. Varios profesores expresaron ante la rectoría su desavenencia, puesto que no les fue consultado y se sentían lesionados. A su vez los docentes de tecnologías seguían solicitando información ya que existía la creencia de que éstas pasarían al Sena.

La Presidencia de la República expidió el decreto que señalaba las áreas del conocimiento y dictaba normas sobre la organización interna de las universidades oficiales, determinaba que los consejos superiores al expedir el estatuto general, definirían los conceptos de facultad, escuela, instituto, departamento y centro. A partir de ese momento, se consolidaron las acciones de reorganización, dejando sin base legal la recién creada estructura de la Facultad, que estaba sustentada en los decretos derogados. En diciembre de 1980, el Consejo Superior expidió el estatuto general de la Universidad que en su título sexto trataba sobre la organización y régimen administrativo y definía las unidades de la estructura funcional en facultad, escuela, departamento, centro e instituto.

En agosto, se firmó un convenio, con duración de tres años, entre el Ministerio y la Universidad, que estableció bases de cooperación mutua en  investigación, formación de personal, asesoría y otras áreas atinentes al mejoramiento de la salud en el país. Se formularon exigencias a la Universidad, a través de la Facultad, entre las que estaban: formar y actualizar personal directivo, técnico y auxiliar que prestara sus servicios al S.N.S., realizar investigaciones sobre capacitación de personal y calidad de los servicios, asesorar a los niveles y organismos del sistema. El Ministerio debía estimular, adecuadamente dentro de sus posibilidades, el progreso de la Facultad, para que pudiera alcanzar los objetivos previstos en el compromiso; produciría el diagnóstico sobre requerimientos del SNS, en lo referente a formación de personal, investigación y asesoría, al igual que las políticas y normas gubernamentales pertinentes; suministraría, así mismo, la información  oportunamente a la facultad. Como organismo coordinador, para el cumplimiento de lo estipulado, se configuró el Consejo Técnico, conformado por representantes de ambas corporaciones.

Aún sin la definición orgánica de la Facultad, se inauguraron, en 1981 los programas de tecnologías, para promotores, estadísticos y asistentes administrativos, en su primer ciclo. Permanecieron los de nutrición y dietética, inclusive semestres que en los años anteriores  eran servidos por la Facultad de Ciencias y Humanidades; para ello se  habilitaron los espacios físicos respectivos.

El programa de Magíster se ofreció, conservando la estructura tradicional, con algunos ajustes  en lo pertinente a la elaboración y sustentación de un trabajo de investigación, dándole carácter de tesis de grado, para cumplir con el requisito exigido para optar al titulo correspondiente. El Consejo de Facultad nombró una comisión que se encargó de elaborar su reglamentación, teniendo presente las exigencias de la nueva reforma. Por solicitud expresa del Ministerio, se ofreció el programa de residencia en Epidemiología, respondiendo más a las demandas del SNS que a las exigencias de la reforma de la educación superior.

En educación permanente, la Facultad, de común acuerdo con el Ministerio, el CEADS, Centra y el S.S.S.A., creó un programa  nacional para actualizar y buscar los mecanismos  de  implantación de los subsistemas de costos y suministros. Además,  prosiguió con los programas de Planificación de la salud, el Latinoamericano de Administración de salud materno infantil, Microbiología e Higiene de los alimentos, Higiene de la leche y sus derivados, Orientación en Salud Pública para Químicos Farmacéuticos.

Dentro del proceso de organización de la investigación, el Consejo Superior aprobó en primer debate el acuerdo que la institucionalizó. Para tal fin, se propuso crear un comité con las funciones de fomentarla  y establecer las políticas generales en este campo. En Facultad se presentó un proyecto de organización y funcionamiento del Centro de Investigaciones.

Si bien la administración de la Facultad mantenía la intención de completar la reestructuración y se tomaban determinaciones internas al respecto, no consultadas con el profesorado, se presentaban problemas de variada naturaleza para el funcionamiento académico - administrativo, identificándose entre otros, la carencia de un mecanismo dentro de la organización que permitiera la coordinación de los programas de educación permanente, las relaciones entre los  órganos creados, la ubicación de los docentes en grupos, falta de claridad en las líneas de autoridad y responsabilidad, originando descoordinación y un paralelismo administrativo. Los docentes no profesionales seguían en posición de inestabilidad laboral, por lo que solicitaron ante el Consejo de facultad se les clasificara como técnicos en docencia y se escalafonaran de acuerdo al estatuto vigente para este tipo de personal, pues de lo contrario serían desvinculados al vencerse sus respectivos contratos temporales. Por la indefinición que se presentaba, el profesorado insistió ante la administración para que se normalizara definitivamente su funcionamiento, ya que era muy difícil, si no imposible, accionar sin una estructura legalmente aprobada.  Para el efecto, se nombró una comisión redactora de un documento que fue presentado al rector, quien, con base en la referencia de la oficina de planeación central, decidió asumir el análisis de la problemática derivada de la reestructuración de esta dependencia,  nombrando una comisión rectoral, con el fin de formular las recomendaciones al respecto.  Las directivas enviaron, al rector y al Consejo superior, su informe general de actividades, mayo 1980 - abril 1981, que contemplaba el estado de la facultad, sus principales actividades y propuestas para completar la estructura, las alternativas de recursos humanos,  físicos,  dotación y financieros requeridos y proyectados para un período de 3 años.

Al producirse cambio en la dirección, el decano en su primera reunión con el Consejo de Facultad, junio de 1981, informó sobre la misión a él encomendada por la Dirección de la Universidad, dirigida a dar solución a la difícil circunstancia que se presentaba, suscitada por la descoordinación entre la reforma de la Facultad y la reestructuración de la Universidad, dentro del nuevo marco legal vigente.

Para cumplir con este objetivo, y basado en la documentación recibida de su antecesor y de las directivas de la Universidad, estimó emprender, en forma inmediata un estudio y solución de los asuntos prioritarios, para alcanzar así la normalidad, no solamente administrativa y académica, sino también en lo pertinente al estado de incertidumbre que se estaba presentando.

Los temas contemplados por el decano fueron: la definición de la estructura académico - administrativa a la luz de la legislación vigente, a nivel nacional y de la Universidad, contando para ello con el concepto más amplio de los estamentos,  especialmente del profesorado; la reestructuración de los programas, de acuerdo a la reciente legislación, especialmente el Magíster en Salud Pública y las tecnologías en salud. Posteriormente se cubriría el estudio y manejo de los programas de especialización y educación permanente; cumplimiento de los compromisos adquiridos y que debían ser  ejecutados por esta dependencia, como eran los contratos suscritos con el Seguro Social y el distrito especial de Bogotá, sobre los que se estaba trabajando; solución a la situación de los docentes ocasionales, en la categoría de peritos, personal que laboraba por contrato que debía ser renovado anualmente y según la reforma su nombramiento sería refrendado por el Consejo académico, que a su vez solicitaría al Consejo Superior su aprobación, trámite aún no efectuado, por el cual el Departamento de Relaciones laborales dio aviso previo a las personas cuyos contratos estaban próximos a vencerse, indicándoles que a partir de esa fecha quedarían fuera de nómina.  Se acordó, con la dirección de la Universidad, la presentación de un proyecto sobre la definición de este personal.

También se consideró de importancia la asignación de planta física, el nombramiento de personal, el estudio de la sobreremuneración y la descarga académica, para profesores involucrados en los contratos antes descritos, con el objeto de fijar una política clara al respecto y que no se presentaran incompatibilidades con la normalización vigente. Además se abordó la clarificación sobre la reglamentación de los reingresos a las tecnologías para los egresados y los alumnos que hubiesen suspendido su programa.

En cumplimiento de los planteamientos precisados, el Consejo de facultad  completó su configuración legal, con la presencia del representante estudiantil. Rápidamente se concluyeron los trámites para definir el estado de los docentes ocasionales, peritos ante las instancias respectivas. El Consejo Superior los designó como regulares, solucionándose así el problema que afrontaban.

Se aprobó, por parte de la Universidad, la celebración del segundo foro sobre políticas de salud de los candidatos a la Presidencia de la República, iniciándose en la Facultad los trámites pertinentes para su culminación.

Con relación al proyecto Plansan, a mediados de ese año, en reunión conjunta entre la facultad, el SSSA y la SSBS de Medellín y, de común acuerdo entre las partes, se decidió dar por terminado el programa.  El Centro de Costo, que venía funcionando a su nombre, se destinó al Centro de Investigaciones.

Se emprendió la ejecución del convenio con el ICSS, conformando el Comité Coordinador, se programó el primer curso de Salud Ocupacional para profesionales, con una duración de cinco meses y el primero de los cuatro de Salud Ocupacional para técnicos y supervisores, ambos ejecutados a partir del segundo semestre de 1981. Al año siguiente se dictaron tres cursos más, completándose así los convenidos para estos funcionarios y se sustentó la necesidad de crear un laboratorio de salud ocupacional que apoyara las actividades académicas del área.

En octubre de 1981 fueron entregados los resultados de la asesoría, a la vez investigación, efectuada según lo convenido con Corpourabá, con la presencia de funcionarios de ambas entidades. Posteriormente, a cada uno de los municipios que participaron en este estudio, se le informó de las conclusiones obtenidas.  En el mismo mes, se firmó un compromiso entre la Universidad y la Compañía Colombiana de Consultores para el Saneamiento de la Cuenca Hidrográfica del río Medellín, en el que la Facultad tuvo a su cargo lo concerniente a salud, estudio que se culminó y cuyos resultados se presentaron en marzo de 1982.  El convenio con la Secretaría de Salud de Bogotá, firmado en 1981, para la puesta en marcha del Hospital Distrital, continuó con la asesoría por parte de los profesores asignados para el efecto, y a mediados del mes de abril, de 1982, se presentaron los resultados en Bogotá, acto en el que participaron directivas de ambos organismos, como también los profesores asesores.

En el Magíster, especializaciones y educación permanente se efectuaron avances parciales en las modificaciones, debido a la falta de la reglamentación respectiva.  Para tal efecto, se crearon  comisiones. Para las especializaciones se trató de establecer una clara diferenciación entre éstas y el Magíster que seguía conformado por áreas básicas y electivas, pero por tratarse de un programa de formación académica, la investigación se convertía en un componente especial, como tema central de análisis de la comisión. Se estimó conveniente que los avances en salud pública, se vincularan, en mayor grado, a programas de posgrado.

Se conformó, también, una comisión de desarrollo administrativo, con el fin de definir una política para la vinculación y formación de personal; en ella debía  considerarse las opiniones de los docentes. Las conclusiones fueron que la vinculación de profesores se promoviera mediante concurso, con previa convocatoria pública y que se requería de un plan de capacitación que como tal había sido solicitado por la administración central de la Universidad, dado que la facultad carecía de un plan de desarrollo legalmente aprobado.  Esta política incluyó, además, los temas de la asesoría y la Investigación.

En lo atinente a las conexiones con el Ministerio de Salud, se insistió, tanto por el Consejo técnico como por otros medios, en la urgencia de que se concretaran e incrementaran ya que  para esta unidad académica era de suma importancia contar con esa colaboración, máxime cuando se estaba trabajando en el rediseño de los programas académicos.

En la 11a reunión de la ALAESP, cumplida en Jamaica ese año, la Facultad participó con la ponencia “Regionalización y descentralización de los programas de docencia de salud y la coordinación con las Instituciones de docencia y de servicio”. En esta asamblea general de ALAESP, la Facultad fue designada para ocupar la vicepresidencia en la Junta directiva.

La rectoría de la Universidad, en coordinación con el Comité y los Centros de Investigación, entre los que se encontraba el de la Facultad, empezó el estudio de la reglamentación existente en materia de investigación. El  resultado final fue el acuerdo de julio 1981, del Consejo Superior, por el cual se creó el Sistema Universitario de Investigación, orientado con sentido interdisciplinario, hacia el planteamiento, análisis y búsqueda de soluciones viables para los problemas de la sociedad colombiana, y hacia la promoción del desarrollo de las ciencias, las artes y la tecnología. Dentro de su estructura se contemplaba la creación de los centros de investigación como unidades operativas para el fomento de dicha actividad, adscritos a la respectiva facultad, escuela e instituto.

Se aprobó el decreto de la Presidencia de la República que reglamentó lo concerniente a la formación avanzada o de posgrado, en diciembre de 1981. Los programas serían de formación académica o de especialización y tendrían como objetivo la preparación para el desarrollo de la actividad investigativa, científica, académica y el desempeño profesional especializado.

Se presentó, en 1982, una situación de regularidad académica. No sucedió igual en cuanto a las relaciones con el Ministerio, ya que persistía el distanciamiento, si bien posteriormente hubo colaboración, en cuanto a la promoción de algunos programas, especialmente de educación permanente en el área de Saneamiento ambiental. El Magíster y tecnologías avanzaron normalmente. Para la configuración de estas últimas, el estudio de sus asignaturas se basó en el decreto de la presidencia de 1980, que reglamentó las unidades de labor académica - ulas y de acuerdo con las exigencias del ICFES.

En varias sesiones de los Consejos de Facultad y Académico se analizaron las tecnologías, desde diversas perspectivas, como la competencia de la Universidad para ofrecerlas o si debiesen trasladarse a instituciones tecnológicas. También se analizó el  proceso de admisión: si este debiese o no generarse; la semestralización de éstos.  Los contenidos y duración fueron motivo de reflexión por otras facultades que ofrecían en pregrado cursos similares, en sus planes de estudio.

El Magíster se conformó con su estructura de área básica y tres áreas electivas de Salud Ocupacional, Administración de Servicios de Salud y Epidemiología. Se conservaron los temas de los cursos, conformados ya no por créditos sino por ulas, con énfasis en la preparación para la investigación, buscando formar a la persona para la actividad científica,  referida al área de énfasis, debiendo elaborar y sustentar el trabajo de investigación como requisito para optar al título, cumpliendo así con la legislación reglamentaria en lo atinente a la formación avanzada.  La Comisión de estudio, creada con anterioridad, conceptuó que para el año siguiente no era factible cambiar el programa sino hacerle ajustes, darle el carácter  de integralidad y mantener un eje conductor sobre el cual  confluyeran los componentes, con énfasis en la investigación y con duración de un año.

El Consejo de Facultad aceptó la propuesta de la comisión del Magíster, en 1983, y, además, nombró un coordinador para que en el primer trimestre del año se llevara a cabo un seminario taller con invitación de expertos nacionales e internacionales y el personal docente de la Facultad para el estudio de un nuevo  Magíster en Salud Pública. Las especializaciones o residencias, fueron suspendidas, pero seguían estudiándose de acuerdo con el decreto reglamentario, con la claridad adquirida en el Consejo Académico y por el profesorado de la Facultad, en las áreas de Epidemiología, Atención Médica y Hospitalaria, Planificación y Salud Ocupacional.

En la modalidad de Educación Permanente se ofrecieron los programas de Administración de Atención Médica y Hospitalaria para médicos ejecutivos; Administración de Servicios de Enfermería; Latinoamericano de Administración de Salud Materno - infantil; Orientación en Salud Pública para médicos veterinarios; Orientación en Salud Pública para químicos farmacéuticos; Metodología de la Enseñanza en Protección de Alimentos; Orientación en Gestión Administrativa; Tercer curso de Salud Ocupacional para técnicos y supervisores; Control de Alimentos, Desinfección y Fluoruración de aguas,

Se efectuaron actividades de capacitación para el personal docente en la Facultad, en la Universidad Nacional, en diversos  países como Chile, Estados Unidos, México, República Democrática de Korea y otros, con participación y financiamiento de organismos internacionales, adelantando estudios en áreas específicas para la reprogramación académica entre las que se señalan docencia y tecnología educativa; estudios avanzados en Epidemiología, Epidemiología aplicada a la Administración, Epidemiología aplicada a la Investigación; Metodología de la Investigación; Administración y Gestión; Administración de Servicios de Salud; Planificación de la Salud, y se avanzó en el proceso de reenfoque hacia la Planificación Estratégica, considerando  su correlación con Epidemiología, Atención médica, Administración de Salud y el Plan de acción - Salud para todos en el año 2000.

El plan de capacitación docente, de carácter orientador, elaborado por Planeación de la Facultad, formuló un diagnóstico de la situación examinando la documentación suministrada por los profesores. Se dio el análisis en cada uno de los departamentos, ya que su carácter así lo exigía, definiendo de esta manera las prioridades, de acuerdo con los programas académicos a ofrecer y dentro del marco legal que se estaba configurando. Después de ser aprobado por el Consejo de Facultad, el proyecto se remitió al Consejo Académico de la Universidad.

En 1982 se firmó convenio docente asistencial entre la SSBS de Medellín y la Facultad para asesorar la promoción de las unidades intermedias hospitalarias de la ciudad. Se designaron los responsables por cada institución para estudiar áreas concretas y elaborar proposiciones. Es importante anotar que en mayo de 1979, por remodelación del Centro de Salud Castilla, se transformó en Unidad Intermedia Hospitalaria, se organizó  su planta de cargos, creándose así la primera unidad de este tipo, por acuerdo del honorable Concejo Municipal.

Este contrato permitió a la Facultad contar con áreas de práctica para los alumnos de pre y posgrado y sirvió también para el despliegue de las unidades, en cuanto se presentaban observaciones y recomendaciones, generando beneficio en ambas direcciones.

Se conformó una comisión de preparación para el segundo foro sobre Políticas de salud de los candidatos a la Presidencia de la República, realizado en abril y mayo de 1982 con la participación de los cuatro personajes invitados.  Producto de este evento fue la publicación del segundo libro que contiene las exposiciones de todos los participantes, editado por la Universidad y la Facultad. Fue considerado motivo de complacencia el haber ofrecido a los estamentos universitarios y sociales este foro, de tanta trascendencia para el país.

En la definición de la estructura administrativa de la Facultad, acorde con la legislación vigente, se siguió una dinámica según lo esperado por el profesorado y los organismos competentes de la Universidad.  Se orientó con la participación activa de los docentes y la Oficina de Planeación de la Facultad quienes presentaron diferentes alternativas, que fueron llevadas para su análisis y discusión a un seminario programado para el efecto con todo el personal perteneciente a las escuelas antes creadas. Simultáneamente con lo anterior, la Oficina de Planeación de la Facultad elaboró y sometió a su análisis un documento preliminar de discusión que contemplaba los componentes administrativos y académicos. Con base en él, y complementado con la propuesta del profesorado, se elaboró el proyecto para la configuración de la facultad  y la planta de personal.

A finales de 1981, el documento fue presentado a Planeación de la Universidad, donde fue acogido con algunas observaciones referidas a los comités, a Nutrición y Dietética, a los centros y a la Oficina de Planeación. Aceptadas las observaciones, se elaboró el proyecto, que, además, incluía la planta de personal.  Ante el Consejo de Facultad  se  presentó, con las sugerencias del nivel central. También, el profesorado lo estimó coherente con lo establecido en la Universidad, autorizándose seguir los trámites estatutarios pertinentes. Por solicitud de la rectoría se sometió a nuevo examen, con las oficinas de Planeación Central y Facultad, donde fue aceptada la exclusión de los comités creados al interior, ya que eran para funcionamiento y ubicación del laboratorio dependiente del Centro de investigaciones.  Ante el Consejo Académico no presentó dificultades para su aprobación.  El Consejo Superior nombró una comisión para el estudio del proyecto. Se le formularon algunas recomendaciones basadas fundamentalmente en el informe enviado por las oficinas de Planeación. Finalmente,  se convirtió en acuerdo, en agosto de 1982. Posteriormente, por resolución rectoral, se le asignó el personal.

A la Escuela de Nutrición y Dietética, por acuerdo emitido el mismo día, el Consejo Superior le concedió el carácter de dependencia autónoma y su estructura organizativa. Para adelantar las actividades de investigación utilizaría el Centro de la Facultad y conservaría su ubicación física.  En el mes de julio de  1991 la Escuela se trasladó a su nueva sede.

Como resultado de la reforma de la Educación Superior, la Facultad se vio abocada a la creación de tres carreras tecnológicas, a realizar  cambios en el programa de Magíster, a la introducción de las especializaciones, al   incremento de asesorías y servicios a entidades públicas y privadas de las cuales se adquirían  recursos monetarios adicionales. Se hizo obligatorio transformar y adecuar el fondo especial para lograr una agilización y autonomía en el manejo de los dineros provenientes de  los presupuestos públicos, las asesorías y servicios prestados. Se estableció el programa especial Decanatura FNSP, por resolución del Consejo Superior, en 1982.

Por causa de la crisis económica que se presentaba en las universidades, el Ministerio informó a los servicios de salud, que para 1983 no se disponía de becas para estudiantes. Además se aclaró que el recorte financiero no era sólo para la Facultad sino para otras organizaciones de salud.  Lo anterior motivó múltiples gestiones del rector y el decano, ante el Gobierno Nacional, para dar respuesta a esta situación que afectaba el funcionamiento.  Con una solución parcial, se comenzó el Magíster, con las modificaciones introducidas de acuerdo a la nueva legislación. Se hizo énfasis en la investigación, se introdujo temática de SPT - 2000 y se confirmó la comisión que estaba trabajando para elaborar el programa que se dictaría en el futuro.

Para las tecnologías, se acordó centralizar la admisión en la Universidad, para homologar esta actividad a todas las dependencias universitarias. Además, el rector siguió con los trámites ante el Consejo Académico para la acreditación definitiva de estos programas. Después de los debates reglamentarios, recomendó su aceptación al Consejo Superior. En el mes de mayo, este organismo aprobó las tecnologías en Administración de Servicios de Salud, Sistemas de Información y Saneamiento Ambiental y autorizó su trámite ante el ICFES. En una comisión rindió informe favorable para su aprobación. Mediante acuerdo, la Junta directiva aprobó los tres programas de tecnologías.

Se ofrecieron, también, en condición de educación permanente el Taller para Jefes de Centros de Salud y Unidades Intermedias de Medellín, sobre programación de actividades el Latinoamericano de Administración de Salud Materno -  Infantil, al que se le incorporó una unidad sobre Salud para todos en el año 2000, el de Optimización de Plantas de tratamiento de aguas, dictado en colaboración con el Departamento de Ingeniería Sanitaria de la Universidad, el primer curso derivado del contrato con INSFOPAL, el de  Planificación y Administración de Sistemas de Salud SPT - 2000, con las modificaciones originadas por la nueva metodología de Planificación Estratégica, enfoque Medellín. Además de participantes nacionales y extranjeros, se integraron profesores de la Facultad de varias disciplinas, para luego introducir los cambios en otros cursos. Se dictó Epidemiología y sus correlaciones con la Administración de Servicios, orientado por el doctor M. Acheson, con la  participación de docentes de la Facultad y otras dependencias del área de la salud; también,  Vigilancia y Control de Medicamentos, con un mes de duración, solicitado por el Ministerio y los Servicios de Salud; el de Administración de Servicios de Enfermería; el primer Seminario sobre Infecciones hospitalarias, promovido por el grupo de profesores de Epidemiología y el Comité de Investigaciones del Hospital USVP; el de  Saneamiento Ambiental, para personal del S.S.S.A.; el de  Salud Ocupacional para técnicos y supervisores del I.S.S., en cumplimiento del convenio suscrito.

Se firmó un acuerdo entre la Facultad y la OPS, para impulsar la Planificación Estratégica. Contemplaba dos talleres y un curso de 14 semanas; además, estipulaba el intercambio de docentes con las instituciones similares de México, Brasil y Argentina. Proseguía la colaboración de la OPS para el estudio sobre el reenfoque de la Planificación y Administración de los Sistemas de Salud - SPT - 2000, con un asesor permanente y otros temporales en temas específicos, como el de Planificación Global, Escenarios Político y Económico de América Latina, Políticas de Salud, etc. La Facultad fue sede de la Segunda Reunión de Evaluación de los Programas de Planificación de la Salud.

Se recibió asesoría del director de los programas de salud ocupacional de la OPS en Washington y del director de Materno infantil de la misma organización, para el Curso Latinoamericano de Administración, igualmente  para  estudiar la creación de un programa de metodología de la enseñanza en protección de alimentos - MEPA. A su vez, la Facultad asesoraba al Ministerio para la implantación de los módulos de los subsistemas del S.N.S.

Para la revisión del  Magíster y  la creación de las especializaciones, se ofreció un taller a los profesores de la Facultad, con participación de funcionarios del Ministerio, entidades empleadoras y los egresados, con el propósito de ejecutar una evaluación y presentar alternativas para el futuro Magíster y analizar de acuerdo con lo anterior, cómo deberían ser las especializaciones.  Adicionalmente se propuso que se ofreciera un programa de actualización  para sus egresados. Con base en los productos de este trabajo del profesorado y la comisión nombrada por el Consejo de Facultad para tal efecto, se construyó el Proyecto final de Magíster, para lanzarlo en 1984, cuyo eje principal era la investigación científica y otros adicionales, que  con la realidad y los diversos saberes, deberían estar interrelacionados.  Se definió que para obtener su adecuada culminación, se requería un cambio en la metodología docente, la duración debería ser  de dos años, y disminuir los cupos,  conforme a la demanda del país.

Las especializaciones fueron elaboradas por el profesorado  y se presentaron ante las instancias decisorias de la Universidad para su análisis, aceptación definitiva e implantación, en 1984.  El Consejo superior aprobó, mediante acuerdos de 9 de diciembre, la de Arquitectura en salud. Salud ocupacional modificó la denominación de Especialización en Salud Pública con énfasis en Epidemiología, por Especialización en Epidemiología.

Por acuerdo de 1982, en la estructura académica - administrativa de la Universidad, se crearon los Comités de Currículo y de Carrera.   Debido a las características particulares de la Facultad, se concluyó que sólo era funcional el Comité de Currículo, el cual se configuró mediante acuerdo del Consejo Académico, con representantes de los programas de formación avanzada y formación universitaria, el Asistente de Planeación y el Vicedecano.  Para la estructura interna de la Facultad, su Consejo creó, con carácter de asesores, los Comités de Departamento, la representación profesoral y  la estudiantil.

Se produjo la adecuación administrativa del Centro de investigaciones, dentro del nuevo sistema universitario asumido por la Universidad.  Se conformó un comité asesor con representantes de profesores de pre y posgrado. Fueron definidas las políticas de investigación que debían orientar las acciones del centro y, por decisión del Consejo de Facultad se estimó que la revista también dependiera de éste, designándose  Comité de redacción y  editorial.

Respecto a la capacitación del profesorado, con la orientación del asistente de Planeación y el concurso de ese estamento, se consolidó el Plan de Desarrollo Docente, presentado ante las instancias superiores, para ser contemplado dentro del Plan  General.

La Universidad soportaba un estado de interinidad en algunos cargos directivos de varias facultades, permitiendo al rector buscar el ordenamiento de este escenario. Por tal motivo, el decano le envió una comunicación, manifestándole su conformidad con esa disposición y solicitando instrucciones sobre el procedimiento para nombrar decano en propiedad, cumpliendo así las normas de carácter estatutario. El rector pidió la composición de la sexteta; el Consejo de Facultad utilizó el mecanismo de la consulta que fue acogido por el comité técnico en observancia del convenio con el Ministerio en lo pertinente a esta elección y con la sugerencia que el candidato mayoritario del profesorado ocupara el primer lugar, resultando favorecido quién ejercía el cargo. El rector elaboró la terna, modificando el orden pero conservando el primer nombre y la presentó al Consejo Superior el cual por renuncia de uno de los aspirantes, invitó a reconstruirlas. El sector minoritario profesoral incluyó en el sexto lugar a una persona que no tenía vínculos con la Facultad, ni con  la Universidad y quien finalmente fue elegido decano por el Consejo Superior, desconociendo todo el proceso colectivo que se había cumplido.

Al hacer dejación de su cargo, el decano se refirió al cumplimiento de las actividades, que en su posesión definió como prioritarias, expresando que se había logrado un balance positivo. Destacó que todos los actos administrativos tuvieron en cuenta la opinión del profesorado, lo que conllevó un ritmo con la celeridad propia que estos procesos democráticos exigen, ampliamente compensado por la solidez que esta opinión confería a la toma de decisiones, aspirando a que este tipo de manejo debería consolidarse en la Facultad y la Universidad.

Al posesionarse  el decano, en agosto de 1983, el claustro de profesores formuló un pronunciamiento público en el que manifestó su inconformidad, no por la persona designada, sino por el desconocimiento de las siempre acostumbradas acciones compartidas; además, asumió una posición de no participar en los cargos administrativos, dedicándose sólo a sus labores de tipo académico.  En esa resolución, el claustro estimó el nombramiento como legal pero espurio.

La programación académica para 1984 acordó  sus  modalidades: el  Magíster,  con un plan de estudios conformado por cursos y éstos integrados por ulas, una reglamentación sobre las áreas electivas, y  la realización del  trabajo de investigación, como  requisito para obtener el título.   El Centro de Investigaciones presentó un listado de los temas, o áreas de investigación previa consulta a las entidades empleadoras de los egresados.  Por  acuerdo de diciembre 1984, el ICFES concedió la autorización a la Universidad para el funcionamiento del programa de Maestría en Salud Pública.  Permanecía la comisión encargada de su formulación para el año siguiente. Para las residencias se efectuó la última promoción de un egresado de especialización en Salud Pública con énfasis en Epidemiología.  El ICFES aprobó los nuevos programas de especialización en Epidemiología y Salud Ocupacional, entre noviembre y diciembre de 1984.

En el mes de abril, terminó la primera promoción  de las tecnologías en Administración de Servicios de Salud, con 21 egresados y Sistemas de Información en Salud con 7, acto que se oficializó en el Paraninfo, aula máxima de la Universidad.

La programación de duración permanente se dirigió a Microbiología e Higiene de los alimentos; Farmacodependencia, con dos cursos, el primero en la Facultad y el segundo en Bogotá, con la sustentación de que podía diseñarse  una nueva modalidad de educación permanente regionalizada como una forma de extensión universitaria. Se realizaron, además,  Vigilancia y Control de medicamentos  para Regentes de farmacia, Planificación y Administración de los Sistemas de Servicios de Salud, Latinoamericano de Salud Materno - infantil, Latinoamericano de Administración de Servicios de Enfermería, Infecciones hospitalarias. Hubo participación en talleres y seminarios de Atención primaria, Planificación Estratégica SPT - 2000, con  docentes de las escuelas de Río de Janeiro, Buenos Aires y México en la Facultad. El seminario sobre Docencia e Investigación en Sistemas integrales de salud, con sede en Río de Janeiro - Fundación Getulio Vargas.

Se estableció un acuerdo entre OPS y la Universidad sobre un programa de tecnología administrativa en Protección de alimentos - MEPA, para capacitación de veterinarios en  Administración de Servicios de Control de alimentos, Inspección de carnes, leche, pescado y sus productos, Sistemas de Distribución de alimentos y Servicios de análisis. Para su implantación se nombró un asesor por la OPS y el primer curso se ofreció en mayo de 1984.

En cumplimiento del convenio entre la Secretaria de Salud de Medellín y la Universidad, la Facultad participaba, desde 1983, en la configuración del Plan Metropolitano de Servicios de salud en el que se planteó un diagnóstico de la ciudad y se propusieron unas políticas y estrategias formuladas con base en el enfoque de Planificación estratégica que venía implementándose en la facultad.

Continuaba la participación de profesores, como integrantes de las comisiones de asesoría permanente y de colaboradores especiales, para la conformación del Instituto Metropolitano de Salud de Medellín METROSALUD, creado por el Concejo de Medellín, por medio de un acuerdo, en diciembre de 1984, como un establecimiento público del orden municipal con la finalidad de procurar la salud de la colectividad, en los términos de promoción, prevención, recuperación y rehabilitación, acorde con las políticas y normas del Ministerio de Salud. Para afirmar las relaciones de colaboración recíprocas  se concertó  novedoso contrato entre el Instituto Metropolitano de Salud - METROSALUD, el Hospital USVP y la Universidad de Antioquia, para desarrollar un programa de extensión, dentro de la modalidad de integración docente asistencial, en la comuna nororiental de Medellín. La Facultad participó activamente en su ejecución, con la permanente asistencia en esta unidad, sitio de práctica.

HACIA UN PROYECTO DE UNIVERSIDAD


Como lo había anunciado desde su posesión, en 1983, el rector presentó el documento “Hacia un proyecto de Universidad”, como base para un debate que permitiera una reforma académica y administrativa. En él manifestaba que debían participar tanto la comunidad universitaria como la comunidad externa, partiendo de una autocrítica de lo que había sido la Universidad  en el pasado y teniendo en cuenta la realidad del momento.  Como producto de lo anterior se definiría una concepción sobre la Universidad y sus propósitos que permitieran construir todo un proyecto que sirviera de orientación para el futuro.

La documentación fue presentada por intermedio del Consejo de Facultad, en el mes de febrero de 1984, para que los docentes y estudiantes se pronunciaran al respecto.  Debido a la anormalidad estudiantil que se vivía en ese período en la Universidad, y la poca acogida por parte del profesorado, a este proyecto no se le dio el análisis solicitado, ni logró los objetivos pretendidos por las directivas universitarias.

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